Demarco Flamenco, un nombre artístico con el que el utrerano homenajea a su padre -ya que siempre ha sido conocido como el «hijo de Marcos»- es todo un símbolo al triunfo de la sencillez, la demostración de que en la vida cuando se tiene un sueño hay que perseguirlo hasta el final y que nunca es tarde para que el destino te reserve las mieles del éxito. 　　Hasta hace unos meses, Demarco -de 38 años, casado, con una hija de tres años y medio- estaba repartiendo bombonas de butano en la localidad sevillana de Las Cabezas de San Juan, al tiempo que colaboró durante seis años en los conciertos en directo del artista Maki. Poco a poco, sus temas comenzaron a sonar cada vez más a través de internet y a compartirse como la pólvora a través de las redes sociales, hasta que en el pasado mes de marzo salía al mercado su primer trabajo, «Uno», con el respaldo de la prestigiosa empresa discográfica Warner Music. A Demarco el éxito le ha llegado cuando menos lo esperaba, ya que su primer disco se ha destapado como un auténtico bombazo.